sábado, 1 de junio de 2013

Un Amor Inolvidable - Capítulo 1


Silvia levanto la última caja y observo las cosas que contenía con cariño. Había tantos recuerdos en un espacio tan pequeño, flores secas, notas de amor, e incluso los pequeños regalitos que él le había dado durante su profunda amistad, que termino hacía más de 6 años. Tantos recuerdos le venían a la mente al ver todas estas cosas, que suspiro. Nunca supo decir exactamente porque guardo esos pequeños detalles, especialmente después de haberlo tratado tan mal, pero simplemente no se podía deshacer de ellos. Incluso ahora que se mudaba a su propia casa, ya sabía que guardaría estas cosas en un rincón especial.

Metió la caja en su coche y volvió dentro de la casa para despedirse de sus padres.

- Mama, tranquilízate vale, tampoco me voy a vivir al otro lado del mundo.
- Ya lo sé hija, pero ya perdimos a Daniel hace unos años, y no quiero perderte a ti también.

Escuchar el nombre del chico en el que llevaba pensando todo el día, le causo escalofríos.

- No me vais a perder mama, ni a Dani lo habéis perdido. Tú misma dices que siempre os visita cuando yo estoy de vacaciones, así que no digas tonterías.
-Venga hija, vete a tu casa y cuando lo tengas organizado todo, nos invitas a comer.

Su padre siempre intervenía en cuanto su madre se lamentaba de haber ´perdido´ a Dani. El sabia la verdad y no dejaba que se hablara de su hijo prodigo, de ninguna de las maneras.

Después de dar unos besos más, Silvia se montó en el coche y recorrió los 30 km que separaban su nueva casa de la casa de sus padres, donde había vivido tanto, y donde conoció a Dani, el protegido de su padre. Silvia sonrío cuando pensó en la primera vez que su padre trajo a Dani a su casa. Un chico de tan solo 11 años, muy tímido, que acababa de perder a sus padres. Marco, el padre de Dani, había sido como un hermano de su padre, y por tanto había pedido que fuera su padrino, y cuidara de él si alguna vez le pasaba algo. El accidente de tráfico sorprendió a todos, pero gracias a Dios Dani estaba en casa de un amigo cuando paso, y sus padres se encargaron de cuidar de él, trayéndolo a la familia como si fuera uno más...

-¿Pero porque se tiene que quedar aquí papa? - con solo 6 añitos Silvia no entendía porque ese niño ahora pasaba tanto tiempo en su casa con su padre, y como es normal en cada niño, lo preguntaba todo.

-Bueno, hija, el ya no tiene a sus papas, así que nosotros tenemos que cuidar de el ¿vale? ¿Vas a ayudar a papa y a mama a cuidar de tu nuevo amigo?

Silvia recordaba haber asentido vigorosamente y en los días que siguieron, los dos peques de la casa se hicieron muy amigos, pese a la diferencia de edad. Aun a día de hoy Silvia no estaba segura porque un chico de once años dejaba que una niña de 6 lo persiguiera a todos lados y que le respondiera a todas las cosas a las que un chico de esa edad podía responder.

Dani se convirtió en su mejor amigo, casi como un hermano, aunque no del todo. Ahora que lo pensaba, su padre nunca se había referido a Dani como si fuera su hermano, o algún tipo de familiar - casi como si quisiera dejar claro que no era familia. - que tontería - pensó Silvia, - Dani siempre ha sido parte de la familia- ; sin embargo su padre nunca lo menciono, aunque siempre se lo demostró.

Los padres de Silvia habían criado a Dani como si fuera su hijo, y siempre lo animaban y regañaban igual que a Silvia. Vivian en un precioso chalet en las afueras de Madrid, y sus padres todavía seguían viviendo en el mismo lugar. Aunque económicamente les iba mejor que bien, su madre era la que se encargaba de todo en la casa, negándose a contratar ayuda. Por ello, tanto Silvia como Dani habían aprendido desde pequeños a recoger lo que ponían por medio y limpiar lo que ensuciaban. Silvia admiraba esa actitud de su madre y le encantaba ayudarla a cocinar. Su madre siempre le enseñaba a preparar los mejores platos, pero mirando atrás, siempre insistía mas cuando se trataba de una comida que le gustaba especialmente a Dani.

Seguía pensando en Dani cuando llego a su casa, mientras guardaba las cosas que estaban en la caja en un pequeño baúl, que había comprado pensando en guardar y proteger sus recuerdos. No entendía porque últimamente Dani estaba siempre en sus pensamientos, especialmente porque hacía 6 años que no le veía. Cuando pensaba en la actitud de sus padres con los dos, casi se podía decir que esperaban verlos juntos algún día, aunque si ese era el caso, su plan había fracasado estrepitosamente.

Sabía que Dani visitaba a sus padres regularmente, aunque siempre la evitaba a ella. Solía ir cuando ella estaba de vacaciones, o fuera de la cuidad por motivos de trabajo y aunque el afirmaba que aquella noche no paso nada, Silvia sabia que le había hecho daño; la pregunta ahora era, que podía hacer ella para hacerle olvidar aquel dolor...

1 comentario:

  1. Ooohhh pobre me da penita saber del sufrimiento de ella, ahora, me pregunto ¿que le habrá echo para sentirse así de culpable?

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