Dani
parecía enfadado. No paraba de pasearse por la habitación como un tigre
enjaulado. Silvia abrió la boca para pedirle que hablaran pero en el momento en
el que abrió la boca, él la miro furioso, con un aviso en la mirada.
Ella
seguía cubriéndose con la sabana como podía, más que consciente de que debajo
no llevaba nada. Se sentía deliciosamente bien, sin embargo con la preocupación
de Dani, no podía relajarse lo suficiente como para disfrutar lo que había
pasado. El seguía con lo suyo, de la puerta a la ventana, de la ventana a la
puerta. Y vuelta a empezar.
Silvia
quería tirarle algo, llamar su atención, hablar con él. Pero claramente el no
estaba de humor. El descubrir que era virgen lo había horrorizado. Como si de
verdad hubiera esperado que ella hubiese podido estar con otro que no fuera el…
Silvia soltó un bufido, solo para recibir otra mirada severa de Dani. Silvia
necesitaba darse una ducha, estaba pegajosa del sudor, y bueno… también entre
las piernas. Silvia no pudo reprimir la sonrisa, estaba feliz. Por primera vez
en mucho tiempo estaba verdaderamente feliz.
Así se
quedaron durante largo rato, hasta que Silvia no aguanto más. Se levanto de la
cama sin ningún pudor y fue a recoger su bata del suelo. Dani se había quedado
como congelado, y la miraba con algo parecido a la sospecha. Silvia decidió
ignorarlo, y fue hacia el cuarto de baño
- Me voy
a dar una ducha. Si quieres me acompañas.
Espero
una respuesta de Dani, pero este no soltó palabra.
- Tú
mismo…- murmuro, antes de entrar y cerrar la puerta silenciosamente.
Daniel
no se lo podía creer. ¡Silvia era virgen! Sabía que era inocente, pero no hasta
ese punto. Estaba sorprendido, enfadado, ya no sabía ni que sentir o que
pensar. Dios mío, y se había prometido a si mismo que nunca más dejaría que
ella se le acercara. Era tonto – una vez mas había caído a sus pies.
Estaba
claro lo que tenía que hacer, su honor no le dejaría hacer otra cosa. Pero esto
le enfurecía. ¿Cómo podría pasarse el resto de su vida a su lado, solo para
recibir humillación tras humillación?
Seguramente
Silvia sabía lo que el sentiría, lo que él estaría obligado a hacer una vez que
le quitara la virginidad, no podía ser tan ingenua ¿o sí? No, Silvia lo conocía
perfectamente y sabía exactamente lo que el haría. Era una trampa, le había
tendido una trampa. Pero ¿porque? ¿Tanto le odiaba que quería tenerlo a su lado
para ponerlo en ridículo siempre que se le antojara? Escucho el grifo de la
ducha e imagino su cuerpo perfecto mojándose. Primero el pelo, los pechos, el
ombligo con ese piercing, y más abajo ese tatuaje. Madre mía, el tatuaje.
Cuando lo vio, casi le da un infarto. El dibujo de la pequeña hada llevaba un
colgante, y el colgante decía ‘Dani’. Se moría de curiosidad, ¿cuándo demonios
se había hecho Silvia ese tatuaje? Y más importante aún, ¿porque?
Daniel
seguía con su paseo por la habitación. Necesitaba salir y correr unos
kilómetros a ver si así se le aclaraba la mente. Pero no quería dejar sola a
Silvia. Sabía que estaría sensible después de su primera vez, y que tendría que
estar a su lado, abrazarla y cuidarla, pero no podía. Su orgullo estaba herido
ahora que estaba claro que le había tendido una trampa. Esperaría a que ella
saliera de la ducha, y después le haría la pregunta por la que ella había
montado todo este circo. Cerró los ojos y pensó en lo que había pasado, los
gemidos de Silvia jamás se borrarían de su memoria. La suavidad de su piel, su
reacción a cada caricia. Respiro hondo, tenía que acordarse de que ella le
había tendido una trampa, que solo lo quería humillar, aunque todavía no sabía
porque. Tenía que reconocer que por un instante, al saber que él era el
primero, le recorrió un sentimiento de orgullo y de salvaje posesividad. Su
cuerpo entero había gritado ¡Mía!, pero ahora, ya no estaba
seguro de nada. Quería estar con ella, esto era lo que llevaba años soñando a
pesar de la promesa que se había hecho así mismo. Pero así no. Con engaños no.
Cuando
Silvia salió por fin del cuarto de baño envuelta en esa bata, lo soltó.
- Dime
la fecha.
Silvia
lo miro extrañada.
- ¿La
fecha de qué?
- No te
hagas la tonta conmigo Silvia. La fecha de nuestra boda.
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