- ¡Rebeca!
Yo... Eh…
Ethan estaba
que no sabía ni que decir y ella estaba que se moría de los celos, de la rabia
y del dolor. Por un momento se imagino a si misma saltando por encima de la
mesa, agarrando a la rubia por los pelos y volverse loca partiéndole los
dientes. Pero no pensaba darle a Ethan esa satisfacción. El había hecho su
elección, y ella se merecía a alguien mucho mejor. Así que con su mejor
sonrisa, extendió la mano hacia la rubia.
- ¡Hola! ¿Tú
debes de ser Paula, la ex de Ethan verdad?
- Eh... si. ¿Os
conocéis?
- Si claro, ¡yo
soy Rebeca! Solía trabajar aquí.
La rubia
palideció visiblemente. Bien, pensó Rebeca. Por lo menos sabe quién soy.
- Solo vengo a
por el papeleo, ya sabes, finiquito, letra de recomendación. Lo típico cuando
te echan. ¿Me lo preparas todo Ethan?
Le miro con lo
que esperaba fuera una sonrisa dulce, aunque por dentro no dejaba de gritarle
insultos, a cual peor.
Ethan no sabía qué
hacer, ni que decir. ¿Y qué demonios le pasaba a Rebeca, por que actuaba así?
Se había quedado paralizado al verla. Aun no había podido hablar con ella sobre
la situación de Paula y no había esperado que llegara tan temprano. Sabía lo
que esto le podía parecer a ella pero no la quería perder, ni en el trabajo ni
en su vida personal.
- Rebeca,
ven... vamos a mi oficina.
- No es
necesario. Tú arréglame los papeles y ¿llámame cuando los tengas vale?
- Rebeca, por
favor.
Ella sonreía,
pero no estaba bien. Ethan la conocía.
- Tengo que
irme. Esto de buscar un nuevo trabajo, ¡es un coñazo! ¡Llámame cuando los
tengas!
Así sin más,
Rebeca se fue. ¿Cómo había podido pasar? Tenía que ir tras ella, explicarle,
decirle...
- ¿La quieres
verdad?
La voz de Paula
lo saco de sus pensamientos.
- Si. La quiero
más que a mi vida.
TRES SEMANAS DESPUÉS
Rebeca no se
sentía demasiado bien, le dolía todo el cuerpo y estaba mareada. Gracias a dios
había podido terminar la última entrevista de trabajo sin vomitar. Se estaría
resfriando o algo... Pensó en el corto tiempo que estuvo trabajando con Ethan.
Le había encantado su trabajo, pero gracias al amor que él le tenía a su ex,
ella ya no podía trabajar allí. La había llamado, diciéndole que podían
trabajar juntas sin problema. Ya claro, y ver los abrazos y besitos. No
gracias. Así que Rebeca le había dicho donde se podía meter su puesto, y que le
arreglara los papeles. Cosa que había hecho en unos días. Cuando fue a
recogerlos, allí estaba la rubia, trabajando tan ricamente en la que había sido
su mesa. Ethan había querido hablar, le había dicho cuanto la quería, que ella
lo era todo para el, que Paula era solo una amiga a la que tenia que ayudar.
Rebeca había bloqueado sus palabras y solo había oído bla bla y más bla. Ethan
no le decía por qué tenía que ayudar a Paula, decía que era personal. De nuevo,
a Rebeca le quedo claro que Ethan había elegido. Durante dos semanas después de
aquella conversación, Ethan la había llamado, la había ido a buscar a su casa y
le había mandado de todo; flores, bombones, lencería... Lo echaba tanto de
menos. Sus besos, sus caricias, la manera que tenía de excitarla con solo una
mirada... Se sentó en el sofá cuando una nueva sensación de mareo la asalto. Un
rato después, sonó el timbre y abrió sin antes ver quién era. Delante de su
puerta, estaba Paula.
Por favor!!!... Que hace esa mujer ahi?!?!....
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