Rebeca se quedo en blanco al ver a la
ex de su ex en su puerta. Aunque realmente Ethan no podía considerarse como ex,
con el poco tiempo que habían pasado juntos...
- ¿Puedo pasar?
- Ehm... ¿querías algo?
- Si. Hablar contigo.
Paula le sonrió y Rebeca solo pensó en
arrancarle la sonrisa de una bofetada. Sin embargo se controlo y abrió la
puerta para dejarla pasar.
- Ehm... siéntate... ¿quieres tomar
algo?
- Un poco de agua, si no es molestia.
Y encima es educada, pensó, bah.
Rebeca le llevo el agua y se quedaron
así calladas en un incomodo silencio. Paula carraspeo.
- Ethan está hecho una mierda.
Rebeca bufo.
- Pobrecito.
- No creo que me estés entendiendo.
Esta hecho una autentica mierda. Hace días que está encerrado en su casa, no está
yendo a trabajar, no como, no se afeita. Vamos, que pasa de todo.
- Pero para eso te tiene a ti no?
Seguro que te estás haciendo cargo de la empresa y vas a verle todos los días
para cuidarle.
Rebeca no pudo disimular el dolor en su
voz.
- Bueno si, pero...
- Creo que será mejor que te vayas.
- Rebeca, escúchame ¿vale? Ethan te
quiere. A ti. Soy su ex mujer, por supuesto que voy a cuidarle cuando está mal,
pero deberías ir tu. Él te necesita a ti.
- Ya.
- Solo somos amigos. Entre Ethan y yo
hace mucho que no hay nada más que amistad. Sé que puedo contar con él y por
eso lo busque. Necesitaba su ayuda.
Ethan busco con su mano la botella de
whisky que había dejado tirada en el suelo. Él estaba tirado en el sofá sin
ganas de hacer nada. Tomo un buen trago directamente de la botella, que le
quemo la garganta, buscando entumecer este dolor que le abrasaba el pecho al
pensar en Rebeca. Joder. La echaba de menos. La había buscado, le había enviado
mensajes, e-mails y hasta una carta o dos. Pero nada. Rebeca no quería saber
nada de él. Ni siquiera le había dejado explicarle lo de Paula. A estas alturas
estaba dispuesto a arriesgar su amistad con su ex, confesándoselo todo a Rebeca
y a la mierda con las consecuencias. El solo quería recuperar a la mujer de su
vida.
Rebeca arqueo una ceja, estaba harta de
tener a esta mujer en su casa y además, las nauseas estaban volviendo.
- Le pedí su ayuda porque, veras, yo...
eh... estoy embarazada.
Rebeca se sintió palidecer y tuvo que
hacer un verdadero esfuerzo para no vomitar.
- No pongas esa cara mujer, te puedo
asegurar que Ethan no es el padre.
Suspiro de alivio y Paula le sonrió.
- El padre es un capullo que salió
pitando en cuanto se entero. Así que voy a ser madre soltera y Ethan me va a
ayudar un poco. Eso es todo. Me daba vergüenza que se supiera. No quería
quitarte tu puesto de trabajo ni meterme entre Ethan y tu, pero...
Rebeca asintió antes de salir corriendo
hacia el cuarto baño y vomitar. Paula la siguió y le paso un paño húmedo cuando
termino. Con curiosidad Paula pregunto;
- Yo estoy de tres meses y medio... ¿y tú
de cuánto tiempo estas?
Jajajaja.... interesante pregunta!!!!... Pero igual no me cae bien ni en la más mínimo!
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