miércoles, 14 de agosto de 2013

Tentando al Amor - Capítulo 8

Ethan vio la cara de espanto de Rebeca y sabia que si no la detenía, iba a echar a correr. Que intentaría huir de lo que Ethan le había hecho sentir. Pero el no iba a dejar que se marchara sin saber lo que él sentía por ella, lo que podían tener juntos. Si ella quería... No estaba seguro de lo que sentía Rebeca por él, pero jamás había sido un cobarde y estaba seguro de que en estos días, ella ya no lo odiaba como antes. Rebeca estaba quita, de pie en medio de su oficina y él se había colocado disimuladamente delante de la puerta, mientras se ponía los pantalones. Ahora o nunca, pensó.

- ¿Rebeca?

Ella seguía sin mirarle y se mordía sensualmente el labio, como si tampoco se atreviera a hablar. Ethan decidió sacar su lado autoritario de cuando había sido militar.

- Rebeca. Mírame. Ahora mismo.

Al oír ese tono, levanto la vista, indignada. Como se atreve... Contuvo un jadeo al mirarle. Parecía determinado, y a la vez vulnerable. Todavía estaba respirando agitadamente y sonrojado por su reciente orgasmo... Rebeca estaba demasiado sensible para esto, tenía que irse antes de hacer algo ridículamente femenino... como... tirarse a sus brazos... o peor... echarse a llorar.

- ¿Estás bien? ¿Tan malo ha sido?

¿Qué?

Rebeca negó con la cabeza. Pero tenía la garganta cerrada por la emoción y no podía hablar. Además, todavía podía notar su sabor, lo que hacía que tuviera que tragar con fuerza, ya que la hacía sentirse más sensible... y excitada. Tenía que salir de aquí. Camino hacia la puerta, dispuesta a empujarlo si era necesario.

- ¿Seguro que estas bien?
- Si.

Dios mío, ¿esa era su voz? Estaba ronca. Seguramente debido a los gritos que el le había provocado antes... Ruborizándose con ese pensamiento, extendió la mano para abrir la puerta pero él la detuvo, agarrándola con suavidad por la muñeca, causándole escalofríos. Otra vez,

- Antes de que te vayas… hay algo que debes saber Becky.
- No...

Rebeca comenzó a hablar pero se callo y bajo la mirada. Ethan se sorprendió que el uso de ese mote no causara una reacción más apasionada. Qué demonios le pasaba?

- Rebeca, cariño...

Se tenso al escuchar el apelativo, y el aprovecho para acariciarle la cara, inclinándole la barbilla hacia arriba para volver a mirarla a los ojos. La vulnerabilidad que veía en ellos hacia que quisiera atraerla hacia sí y abrazarla, prometerle que todo saldría bien y... Quieto ahí nenaza... ¿dónde está el tipo duro de hace un momento? Sacudió la cabeza para intentar deshacerse de tan absurdos pensamientos. Respiro hondo, y se tiro a la piscina.

- Rebeca yo...

Carraspeo. Dos veces.
¿Quien hubiese dicho que declararse sería tan difícil?

- Yo... te quiero Rebeca.

Rebeca abrió mucho los ojos y movió la muñeca para soltarse. Ethan la soltó y se echo a un lado viendo como el amor de su vida salía corriendo por la puerta.

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