Ethan
la dejo marchar. Fue lo más difícil que había hecho nunca, pero sabía que ella
necesitaba tiempo... Frunció el ceño al ver como Rebeca entraba de nuevo en la
oficina y se acercaba a él sin mirarle a los ojos. Sin darle tiempo a
reaccionar Rebeca se puso de puntillas delante de él, y apoyándose en su pecho
desnudo, lo beso. Un beso intenso y lleno de rabia en el cual ella era la que
tenía el control. Ethan no se atrevía ni a moverse, aunque deseaba estrecharla
entre sus brazos. De repente Rebeca se separo de él, con la respiración
agitada. Sin una palabra se dio la vuelta y se volvió a marchar.
Había vuelto después de que Ethan le había confesado que la quería... ¿Qué
demonios significaba eso?
Ethan no sabía si reír de felicidad o gritar por la frustración...
Estaba loca. Loca de remate. Pero no se había podido resistir. Ethan parecía
tan dolido cuando de había ido... y no quería que pensara que no le importaba
nada, que no sentía nada. Pero estaba tan abrumada que necesitaba un tiempo a
solas. La intensidad de su orgasmo también la tenía aturdida. Nunca jamás había
sentido nada igual. Y tenía miedo de que no lo volviera a sentir con nadie más.
Llego a su casa temblando y se sentó en el sofá para intentar tranquilizarse.
El sonido del teléfono la despertó varias horas después. ¡Ethan! Su corazón
dio un vuelco mientras se levantaba para responder.
- ¿Dígame?
- ¡Hey chica! Soy Marta. ¿Como estas?
- Ah. Hola guapa.
No pudo ocultar la decepción en su voz.
- Que pasa, a quien esperabas eh?
- No nada, a nadie. ¿Qué pasa?
- Nada, que los chicos y nosotras vamos a salir esta noche, primero al bar y
luego ya veremos. Te vienes?
- Ehm... no se... la verdad...
Salir significaba que volvería a ver a Ethan, ya que este seguro que iría... ¿Qué
podía hacer?
- ¡Anda vente porfis! Desde que trabajas con los chicos, apenas te vemos, ¡no
quieres saber nada de nosotras!
- Que tonta eres. Es que estoy ocupada ya sabes...
- Que pasa, ¿Ethan te hace trabajar demasiado? ¿Te está dando mucho por culo?
Ni te imaginas, pensó, recordado lo que habían hecho hacia tan solo unas
horas. Eso la hizo decidirse.
- ¿Donde quedamos y a qué hora?
Ethan sabía que Rebeca no iría. Después de todo lo que había pasado entre
ellos, aun no había logrado sacarle su lado sensual, y él ya no sabía que
hacer. No tenía más que dar. Ella sabía lo que él sentía, ahora le tocaba a
ella mover ficha... Y aunque había vuelto y le había besado, no le había dado
otras señales. Llevaba todo el día dándole vueltas. La puerta del bar se abrió
y entro alguien a quien jamás hubiera esperado ver esa noche. Con una gran
sonrisa, se levanto a saludarla.
Rebeca se había puesto su ropa más sexy. Un mini vestido negro y ajustadísimo,
unos taconazos de vértigo... Esta noche, estaba dispuesta a todo. Ya que Ethan
le había confesado lo que sentía, solo era justo que ella hiciera lo mismo. Y
visto lo visto esa mañana, seguro que tenia muuucho que enseñarle en la cama...
y fuera de ella... Contenta con su decisión, entro con sus amigas al bar y
busco a Ethan con la mirada. Cuando lo encontró, los celos le recorrieron el
cuerpo como veneno. Ethan estaba abrazado a otra mujer...
WTF!!!!!..... ¿Quien es la otra?
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