miércoles, 18 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 14

El enigmático mensaje de Sandra lo hizo salir de casa corriendo, para acudir a su lado. Te necesito.
Dos palabras.
No sabía que le habría hecho su hermano, pero sentía ganas de buscarlo para patearle el culo. Por si acaso. Llego a la casa de Sandra 15 minutos después, frunciendo el ceño al ver que no había ni una luz encendida… ¿igual Sandra se había equivocado al mandarle el mensaje? Pero no, Sandra lo necesitaba, podía sentirlo. En vez de llamar, uso su llave, y al entrar escucho los sollozos suaves que provenían del salón.

- ¿Pequeña? Soy yo.

Se quedó en la entrada, y escucho como Sandra se acercaba y se tiraba a sus brazos.

- Shh, ya está cielo, ya estoy aquí. ¿Qué ha pasado?
- Me… ha… dado… plantón…

La apretó más fuerte contra él. No soportaba su dolor. En cuanto encontrara a su hermano, lo mataba.

- Mi hermano es idiota.

Eso arranco una sonrisa a Sandra, que se separó de él para mirarle a los ojos. Incluso en la oscuridad, podía ver el brillo de sus lágrimas, y ver como se lamia los labios. Oh dios, no podría resistirse a ella. Esta noche no. Pero no podía aprovecharse de ella, estaba sufriendo y…


Sandra vio la ternura en su mirada, y no se lo pensó. Lo beso. Un beso suave, tímido, pero estremecedor. Gimió mientras abría la boca para saborearlo entero. Carlos se había tensado pero eso no la detuvo. Lo necesitaba. Lo necesitaba de una manera primitiva y salvaje, mujer contra hombre, amándose locamente. Atrás quedaba el plantón que le había dado Rafa, él ya no existía, solo existía Carlos. El único hombre que siempre estaba ahí, el único que la entendía, que la escuchaba, que la trataba como una diosa incluso cuando tenía un día tonto. Fue como si se le abrieran los ojos por primera vez en mucho tiempo. Ella no quería a Rafa. Quería a Carlos. Lo quería como algo más que un amigo, y ya era hora de que se lo demostrara. Sin dejar de besarle, comenzó a intentar quitarle la ropa.


Carlos no sabía que pensar, pero no podía soltarla tampoco.

- Sandra cielo, estate quieta.
- No.
- Sandra. Yo no soy Rafa.

Eso la detuvo.

- Claro que no lo eres. Eres Carlos. Mi Carlos. Ahora… cállate.


Sus suaves labios lo asaltaron otra vez, y Carlos tomo el control. Si ella sabía quién era y aun así lo besaba de esa manera… quizás… solo quizás, por fin sus sueños se harían realidad. Ahora tendría que mostrarle que el Carlos que ella conocía, tenía un lado oscuro. Le iba a mostrar el lado dominante siempre había tenido que esconder de ella. Sonrió para sí cuando ella tiro de su ropa, impaciente. Si, le mostraría a su peque, quien mandaba en la cama, y haría que disfrutara mientras se lo mostraba. 

1 comentario: