domingo, 13 de octubre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 27

Carlos se levantó confuso.
¿A que estaba jugando Sandra?
Rodeo su mesa y se colocó detrás de ella, que no se había movido, aunque su respiracio cada vez era más agitada.
Sabía que no debía hacer esto, y menos en el trabajo, que debía mantener las distancias pero esta pequeña bruja lo desafiaba como nadie.
Carlos puso las manos sobre sus muslos y comenzó a subirle la falda que llevaba puesta. No protesto.

- No soy Rafa.
- Lo sé.
- No soy ningún sustituto, de Rafa.
- Créeme, que lo sé.
- Soy muy exigente.

Sandra bufo.

- ¿Que estás jugando al juego de decir lo obvio?

Carlos sonrió a su pesar, mientras seguía subiéndole la falda y acariciando la suave piel que esta había escondido. Chasqueo la lengua.

- Esa boquita, señorita…

Sandra jadeo cuando la falda subió por encima de sus caderas, dejando su trasero al aire.
Carlos gimió al verlo y su brazo se movió solo, dejando la marca de su mano sobre un cachete.
Ella jadeo con fuerza al notar el picor pero gimió cuando Carlos acaricio la marca y se agacho para besarle, y lamerle, suavizando así el escozor.

- Me encanta ver tu culito así, con la marca de mi mano, tan coloradito…

Sandra no dijo nada pero arqueo la espalda.
Carlos tenía que poseerla, hacerla suya. No se podía resistir más.
Le arranco el tanga y le dio la vuelta, sentándola sobre su escritorio.
La miro y vio fuego en su mirada, el mismo fuego que él sentía por ella.
Se desabrocho el pantalón y sin más preámbulos, sabiendo que ella estaba más que mojada por él, la penetro.


Rafa entro en su oficina con un humor de perros. Ver a Laura sentada delante de la oficina de su hermano en vez de la suya lo enfureció como nada.
Laura era suya, maldita sea.
- Laura, ¿dónde está mi secretaria?
- Eh… con su hermano.

Arqueo las cejas,

- ¿Llevan mucho tiempo ahí dentro?
- Como 20 minutos, señor.

Miro la puerta detenidamente, preguntándose qué estaba pasando exactamente entre su hermano y Sandra.

- Pasa a mi despacho por favor Laura. Tráeme un café, si puedes, ¿vale?

Vio la duda en su mirada de la chica antes de que esta asintiera.

- Ahora mismo, señor.

La observo mientras iba hacia la pequeña cocina que tenían. Tenía buen cuerpo, aunque hacia lo posible por ocultarlo. ¿Por qué?
Se movía con elegancia y eficacia y Rafa se pilló a si mismo comiéndose a su secretaria con la mirada. Algo que se había jurado a sí mismo, no volver a hacer.
Por eso Carlos había contratado a Laura.
La sosa pero eficiente Laura.
Miro de nuevo la puerta de su hermano, esperando que no destrozaran demasiados muebles. Si estaban haciendo lo que él pensaba que estaban haciendo... Conocía los gustos sexuales de su hermano, y aunque no se dejaba llevar a menudo, cuando lo hacía, se convertía en un salvaje.

Solo esperaba que su Sandra pudiera seguirle el ritmo.

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