sábado, 14 de diciembre de 2013

La fiesta de Navidad


La fiesta de Navidad

Soraya maldijo al verse en el espejo de la entrada del hotel. La fiesta de navidad de su empresa era de disfraces, y su mejor amiga no le había podido elegir un traje más pequeño... 'Mama Noel sexy' se llamaba el modelito...
Entro en la sala de celebraciones y se quedó maravillada con la decoración. Sonrió, le encantaban estas fechas.
- Vaya, casi no la reconozco señorita Sáez.
Soraya se tensó al oír la voz profunda de su jefe. Giro la cabeza para mirarle.
- Vaya, a usted se le reconoce igual de bien. Buen ejemplo para los demás empleados.
Como siempre, Damian hacia lo que le daba la gana y había aparecido con su traje habitual. Soraya puso los ojos en blanco. Damian se le acercó y le susurro.
- ¿Tienes idea de las cosas que te quiero hacer cada vez que haces eso, Soraya?
- ¿Tiene usted idea de las ganas que tengo de denunciarle por acoso, señor Villanueva?
La suave risa masculina la excito, como siempre.
- Sabes que la empresa no es estricta con respecto a las relaciones románticas en el trabajo. Y tú y yo hemos tenido muchas relaciones.
- Sí. Pero nunca románticas. Que disfrute de la fiesta señor Villanueva.

Damian la observo marcharse. Que tonto había sido al dejarla salir de su vida. Ella ya no quería saber nada de él, pero él pensaba cambiar esa situación. Estas navidades, Soraya volvería a estar entre sus brazos.

- ¡Soraya! ¿Qué hacías tan pegadita a tu ex?
- Nada. Echarle en cara que no lleva disfraz como los demás. Sigue siendo un estirado egoísta que solo piensa en ganar dinero, y no en la gente que trabaja para él. Hace lo que le da la gana, siempre. ¿Qué le cuesta ponerse un simple disfraz?
- Vaya... ¿estas enfadada eh?
- ¡Sí! Si los demás tenemos que hacer el ridículo, el también debería.
- Ya... y el hecho de que sigas enamorada de él...
Soraya miro a su amiga y se sonrojo.
- No lo niegues. Sé que aún le quieres, he visto como lo miras.
- Yo...
- También he visto cómo te mira el a ti. Sobre todo cuando venias hacia aquí, con ese modelito... ¿a qué te alegras de que te lo haya elegido? ¡Igual hasta vuelves con el!
- Ya claro. Para que me vuelva a dejar tirada en los aniversarios, cumpleaños y navidades... no gracias.
- Ya verás. Igual te sorprendes...
Miro hacia donde había visto a Damian pero ya no estaba. Suspiro. Había querido compartir esto con Damian, estar juntos. Pero no, el no celebraba la navidad. Él trabajaba. Y peor aún, hacía que todos los empleados tuvieran que trabajar también. 

De repente la gente comenzó a murmullar mientras alguien disfrazado de ángel se subía a un pequeño escenario.
- Queridos empleados, ¡Bienvenidos a la fiesta de navidad del 2012!
La gente miro a su alrededor sorprendida. El que estaba sombre el escenario, no era otro que su jefe, el serio y estricto Damian.
Soraya no pudo reprimir la carcajada que le salió y pronto todos los empleados estaban haciendo lo mismo. Damian siguió.
- Ya sé que os sorprendéis de verme así, pero vengo a traeros buenas noticias. Gracias a una mujer muy especial, me he dado cuenta de muchas cosas.

Todas las miradas se giraron hacia ella y noto el calor en las mejillas.

- Me he dado cuenta de que tengo que ser más agradecido y que tengo que cambiar mis prioridades para ver lo que es realmente importante en esta vida.
La miro directamente.
- Van a cambiar muchas cosas en la empresa, todo para bien. Os he mandado a todos un boletín detallado, pero lo más importante son un buen aumento de sueldo y más días de vacaciones, ¡incluidas estas navidades! Ahora, ¡a disfrutar de la fiesta!
Todo el mundo se volvió loco a su alrededor, mientras ella miraba a Damian estupefacta, al verlo acercarse.
- Vale, ¿quién eres y que has hecho con mi jefe?
Él le sonrió.
- He cambiado.
- Ya, claro…
- Por ti, he cambiado Soraya.
- Yo...
- Déjame demostrártelo. Solo te pido otra oportunidad.
- No se Damian...
El miro hacia arriba y señalo con un dedo.
- Estamos debajo del muérdago... Eso quiere decir que debo besarte.
- Eso solo pasa en las películas americanas.
- Mientras pueda besarte, a mí me vale.
Sus labios se apoderaron de los suyos y Soraya no pudo hacer otra cosa más que rendirse.
- Vuelve conmigo Soraya. Te quiero. Te juro que si me das esta oportunidad, no te decepcionare. Celebraremos las navidades por todo lo alto, aparte de todas las demás cosas.
Lo miro escéptica.
- Puedo poner un árbol de navidad?
- Puedes poner cien si eso te hace feliz.
- Uhmm... ¿y me vas a comprar regalos?
- Te comprare todo lo que quieras. De hecho... si vuelves conmigo esta noche, veras lo mucho que he cambiado... tengo un árbol de navidad con un montón de regalitos que llevan tu nombre.
Soraya lo miro sorprendida.
- Lo digo en serio. Hoy va a ser el primer día de nuestra nueva vida juntos. Si tú quieres. ¿Qué me dices?
Soraya miro al muérdago y sonrió.
- Sí. Digo… sí.
Damian la beso apasionadamente delante de todos. Realmente era un hombre diferente.
- Feliz navidad mi vida. Te quiero.

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