sábado, 18 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 7

Sheena nunca se había sentido tan mal en su vida. Las lágrimas corrían por su rostro mientras vaciaba su estómago en los arbustos al lado de la cabina. Se sentía tan estúpida. Sabía que no debería haber jugado. Ahora todo el mundo sabía lo que sentía por Damian.
Incluso el propio Damián, que la odiaba.
Damian, que probablemente estaba dentro riéndose de ella. Oh Dios, ¿cómo podría enfrentase a él nunca más? Primero la pillaba mirándolo a escondidas y ahora esto. Ella tenía ganas de ir a su casa y meterse en la cama. Olvidarse del mundo.
Jace estaba junto a ella, sosteniendo su cabello y dándole un pañuelo limpio cada vez que ella lo necesitaba. Después de un tiempo ella se enderezó y  el la abrazo.
- Esta bien nena. Estás bien.
- No lo estoy Jace. ¡Ahora todos lo saben!
- No, que va. Ellos simplemente están intentando adivinarlo. No dejes que te afecte.
- ¿Y qué pasa con él? ¡Él lo sabe! No es tonto.
- Él no sabe nada. Le diremos que soy yo. Saldremos durante una semana; fingimos  que estamos saliendo y luego rompemos.
Eso hizo que sonriera.
Jace y sus ideas tontas.
- Nadie lo va a saber si tú no quieres.
- Lo sabrán. ¿No crees que ya lo saben?
- ¿Cómo? ¿Cómo van a saber que es él y no yo?
- Está durmiendo en mi cama Jace. ¿No crees que yo debería de haber causado un poco más alboroto, si no lo hubiera querido allí? Yo podría haber pedido que tú compartieras mi habitación y dejar que él se quedara con Steve. ¿No crees que se hayan dado cuenta de eso?
- Yo no...
- Al menos lo sospechan. ¿Por qué crees que me han hecho todas estas preguntas?
Jace suspiró y la abrazó más cerca.
- Déjalos que lo sepan. A quién le importa lo que sientes por mi hermano?
- A tu hermano. Él me odia.
La puerta principal se abrió con un chirrido y después de unos susurros, se oyo la voz de Amy.
- Sheeny, ¿estás bien?
- Estoy bien. Enseguida entro.
La puerta se cerró de nuevo y Sheena miró a Jace.
- ¿Quieres dormir conmigo esta noche?

*-*-*

El corazón de Damián latía con fuerza. No podía creerlo. Había oído las palabras, pero aún así... había tenido que volver a entrar con Amy, por lo que no podía saber lo que decían después de eso, pero si sus sentimientos por él eran reales...
Ella pensaba que él la odiaba, pero nada más lejos de la verdad, tenía que hacerle ver lo equivocada que estaba. Nervioso, esperó a que Sheena y Jace entraran de nuevo, lo que hicieron después de un rato. Ella comento que estaba bien, a nadie en particular, y subió las escaleras. Estaba a punto de ir tras ella cuando Jace se lo impidió.
- Ella necesita estar sola ahora.
- Pero...
- Me voy a quedar con ella esta noche.
- No Jace...
- Voy a dejar tus cosas a la habitación que he estado usando.
Él suspiro pero asintió con la cabeza a su hermano. Entendía que ella necesitara estar sola. Todos habían estado bebiendo y después de una confesión como esa, probablemente necesitaba aclarar su mente. Esperaba poder hablar con ella por la mañana y aclararlo todo. Podía confesarle sus sentimientos.
¿Y quién sabía?, tal vez haber venido a estas vacaciones en grupo fuera lo mejor que le podía haber pasado. Sus palabras rondaron por su cabeza toda la noche
"Está durmiendo en mi cama Jace. ¿No crees que yo debería de haber causado un poco más alboroto, si no lo hubiera querido allí? "
Ella lo quería allí, en su cama. Al lado de ella. Todavía podía sentir sus ojos en él, como la otra mañana.
Ella había estado mirándolo con deseo, se daba cuenta de eso ahora, y no podía esperar a que ella lo mirara de esa manera otra vez.
Al día siguiente se despertó temprano. Necesitaba hablar con Sheena y estaba deseando hacerlo. Caminó por toda la casa pero no había nadie despierto todavía, así que se fue al piso de arriba. La puerta del cuarto de Sheena estaba entreabierta por lo que se acercó para ver si ella o su hermano estaban despiertos. Jace estaba profundamente dormido, pero Sheena no estaba por ningún lado... la puerta del baño estaba abierta por lo que supo que no estaba allí. Había estado por toda la casa y sabía que ella no estaba por ninguna parte. Miró por la ventana y vio que sus peores temores se habían hecho realidad.
- Damian qué demonios haces...
- Levántate Jace.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Y dónde está...?

- Sheena se ha ido.

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