domingo, 2 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 11

El dolor era insoportable, pero sabía que tenía que levantarse. Tenía que encontrarla y... algo húmedo cayó sobre su mano y de repente sintió como ella le tocaba. A través de su mente adormilada y el dolor, sentía su tacto en la mano. Sabía que era ella porque había hecho desaparecer el dolor e hizo latir su corazón más rápido. Al menos sabía que su Sheena estaba a salvo ahora. Dondequiera que estuvieran, ella estaba con él. Ella estaba a su lado. Ahora podía descansar, sabiendo que ella estaba bien. Sabía que Jace se haría cargo de ella ahora. Jace la cuidaría. No iba a estar solo, y podía estar tranquilo.

*-*-*-*-*-*-*

- El médico debería estar aquí pronto, hasta entonces dice que puedes quedarte con él. Les he dicho que eres su novia, ya que sólo la familia se supone puede entrar a verlo.
Jace le guiñó un ojo.
- Hey, deberías de tener esto.
Le entregó un fajo de páginas escritas. Como una especie de… ¿diario?
- Quedo un poco estropeado con el accidente, pero algunas páginas se salvaron. Los eh... puse en orden cronológico para que pudieras leerlo.
- ¿Qué es?
- El diario de Damian.
- ¿Su qué?
- Diario.
- No puedo leer esto. ¡Es privado!
- Confía en mí. Deberías leerlo. Estoy seguro de que no le importara.
Ella lo miró escéptica.
- Espero que tenga sentido con todas las páginas que faltan, pero estoy seguro de que captaras la mayoría de sus… pensamientos.
Sheena miró a Damián y le apretó la mano con suavidad.
- No lo sé... no puedo vulnerar su intimidad.
La verdad era que tenía mucha curiosidad por ver si su nombre se mencionaba en absoluto, pero de alguna manera lo dudaba. Se sentía muy mal por la invasión de su vida privada, pero ya que él había descubierto su mayor secreto, ella suponía que era lo justo. Sheena tomó los papeles de Jace. Como su madre siempre decía… era más fácil pedir perdón que pedir permiso...
Jace se marcho en silencio, dejándola sola con Damian. Acaricio su mano y se puso a leer…


26 de Diciembre 2010

Anoche conocí a la mujer más hermosa que he visto nunca. Ella es amiga de Jace y su nombre es Sheena. Sus hermosos ojos azules me cautivaron y me puse tan nervioso que me comporte como un autentico imbécil. Fui grosero e insensible cuando debería haber intentado seducirla. Jace me a dicho que son sólo amigos y que ella está soltera así que... Tengo que disculparme de alguna manera. Debo pedirle a Jace su dirección y enviarle flores. Podría pedirle una cita y arreglar las cosas con ella, pedirle perdón por las cosas que dije. Si ella me deja. Dios, no puedo sacarla de mi mente. Su pelo largo y oscuro, ojos almendrados, sus carnosos labios sensuales. Y ese cuerpo perfecto, curvas en todos los lugares correctos... ¿Por qué ... ¿Cómo puede ser que esta mujer todavía está soltera? Todos los tios a su alrededor están ciegos ¿o son simplemente estúpidos?
Por primera vez en mi vida he sentido más que una mera atracción. Por primera vez he pensado... Ella podría ser… Mía.
Nunca he creído en el amor a primera vista, pero después de anoche, estoy reconsiderando seriamente esta creencia. Dave y Teresa van a organizar una fiesta de Año Nuevo. Creo que ella va a estar ahí. No puedo esperar para volver a verla.


¡Oh dios mío! Sheena miro a Damian.
- Nunca me enviaste esas flores.
Se seco una lágrima con la mano libre. Leer algo como esto después de tanto tiempo, después de todo lo que había pasado entre ellos... ¡Si ella había pensado que él la odiaba! Recordaba aquella noche con claridad. Jace había sido su amigo sólo durante unas pocas semanas, pero se habían llevado bien desde el principio, como si fueran hermanos. Él había querido que ella conociera a su hermano, por lo que ella había aceptado a regañadientes ir a su fiesta de Navidad con los amigos. Su corazón se había detenido al instante al ver a Damian. Alto, moreno y atractivo, mientras caminaba por ahí como si fuera el dueño del mundo. Ella había estado tan contenta de haberse puesto pequeño vestido negro. Ella sabía que le quedaba de muerte y sintiendo un cosquilleo en el estomago, esperaba que él pensara lo mismo. En cuanto Jace los hubo presentado, los había dejado solos.
- ¿Estás follandote a mi hermano?
- ¿Perdón?
- Es una pregunta simple. ¿Lo estás follando? Porque tienes pinta de que si.

Había permanecido ahí, de pie, bebiendo su bebida como si estuvieran hablando del tiempo y ella lo había dejado, muy ofendida para unirse a las niñas para bailar. Siempre había pensado que había estado borracho, porque nadie podría ser tan grosero a propósito. A día de hoy no estaba segura de donde habían venido esas preguntas.

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