miércoles, 12 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 13

La había deseado. Todavía no podía creerlo. ¡Se ponía duro pensando en ella! Ella se había dado cuenta de que había empezado a endurecerse la otra mañana, cuando él la pillo mirándole, pero jamás se habría imaginado que podría haber sido por ella.
- Oh Damian.... Todavía tengo ese vestido blanco ¿sabes? Incluida la mancha. Nunca me atreví a tirarlo.
Miró por la ventana, estaba empezando a oscurecer y ella realmente necesitaba un cambio de ropa ya que aún llevaba su vestido de verano, y ya que estaba realmente necesitaba ir al baño. Sin embargo tenía miedo de dejar a Damian solo. Esperaba que Jace regresara pronto, para que pudiera quedarse con Damian mientras ella rápidamente se duchaba y se cambiaba. Pero hasta que llegara, ella se quedaría con Damián.
Leyó la última página de nuevo, había escrito que no podía sacarla de su cabeza. Que la había deseado desde el principio. ¡A ella!
Jamás lo había sabido, nunca lo hubiera adivinado...
También había escrito que no había estado con nadie desde antes de conocerla. En aquel entonces se habían conocido durante solo seis semanas.
Ella no pudo evitar sentir una punzada de celos al pensar en él con otra. Una parte egoísta de ella esperaba que él no hubiera estado con nadie en el último año y medio, pero lo dudaba mucho.
- Oye nena, ¿cómo lo llevas?
- ¡Jace! Hey, estoy bien. Sorprendida, pero bien.
- Es intenso lo que lees ¿eh?
Jace puso una bolsa con comida delante de ella y le sonrió, agradecido de que él siempre pensaba en ella.
- Sí, nunca supe... Ni siquiera puedo... Escucha, tengo que cambiarme, pero no quiero dejarlo solo. ¿Te quedarás con él un minuto?
- Claro. Pero ehm... háblale. Hazle saber a dónde vas. Y se rápida. Sólo por si acaso.
En cuanto ella soltó su mano, pudieron oír los latidos su corazón ralentizarse, así que le dio un beso en el lugar menos magullado que pudo encontrar.
Sus labios.
- Enseguida vuelvo, ¿me oyes? 2 minutos es todo lo que necesito. Estaré de vuelta ahora mismo.
Ella corrió hacia el cuarto de baño con una muda de ropa y se duchó y se vistió en tiempo record, dándose prisa para volver a su lado rápidamente. Le sostuvo la mano con cuidado y tan pronto como lo hizo, las máquinas indicaron la normalización de los latidos de su corazón.
- Eso es absolutamente increíble.
Jace estaba realmente impresionado por lo que veía y oia.
- Es como si él no se pudiera curar a menos que tú lo estés tocando.
Sheena sonrió esperanzada.
- Pues eso significa que va a salir de esta porque yo no me voy de su lado. Nunca.
- Ya lo veo.
Jace sonrió.
- Iba a decirte que fueras a casa y descansaras un poco, pero...
- Ni de coña.
- Sí, eso es lo que yo pensaba. ¿Pero dónde vas a dormir?
- Aquí mismo. Estaré bien.
- ¿Está segura? Esa silla no parece muy cómoda.
- Estoy segura. Mientras que pueda tocar su mano, estoy todo lo cómoda que tengo que estar.
- De acuerdo. En ese caso, volveré por la mañana. Llámame si algo cambia, ¿sí?
- Por supuesto.
Jace le dio un beso en la mejilla y cuando salió, Sheena recogió los papeles para seguir leyendo.

Semana Santa 2011

Hemos ido de vacaciones juntos, todo el grupo. Dave y Teresa, Steve, Jace, las gemelas, Sheena y yo. No he estado escribiendo ya que dejé el diario en casa. Ya que estábamos todos compartiendo una casa, no quería correr el riesgo de que nadie lo viera. Los chicos probablemente pensarían que soy gay y nunca me dejarían en paz con sus bromas...

No es que tenga mucho sobre lo que escribir de todos modos. Sheena ha estado evitándome como la peste, y aunque tuviera la oportunidad de acercarme a ella… Mi boca grande sólo empeoraría las cosas de nuevo. Es como si a su alrededor, mi boca tuviera una mente propia. La de un crio de 10 años. Hablo antes de tener la oportunidad de pensar en lo que quiero decirle, y todo lo que digo, sale de manera retorcida, así que todo sale mal! La moleste porque me burlé de su opinión sobre algunos cuadros en el museo que visitamos. No sólo una vez, no. Tuve que meterme con ella tres veces nada menos para conseguir que ella hablara conmigo. "Vete a la mierda¨-dijo, antes de irse en busca de Jace. Por supuesto este se puso a la defensiva y tuvo que protegerla de mí. Él no ha hablado conmigo en toda la semana y casi no la he visto desde entonces. Se fueron e hicieron cosas juntos, solos ellos dos, obviamente evitándome. Voy a tener que tener una conversación seria con él, y si ellos realmente no están juntos y en realidad son sólo amigos, tal vez es hora de confesar lo que siento por ella. Tal vez es el momento de decirle a Jace, que la quiero.

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