martes, 25 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 17



Sus palabras la sorprendieron cada vez más, con cada página que leía. Los sentimientos que el tenia por ella eran tan similares a la lo que ella sentía por el que la sorprendió que hubiera que tenido que llegar a esto para que sus sentimientos fueran conocidos. Deberían haber estado juntos ya, hace muchísimo tiempo.
Jace lo había sabido. Lo había sabido desde hace un año, lo que su hermano sentía por ella. Y él sabía lo que sentía ella, aunque jamás se lo hubiera confesado.
Lo sabía y nunca se lo dijo. ¡Se suponía que era su mejor amigo!
Ella quería llamarlo, preguntarle por qué nunca le había dicho nada. Estaba segura de que si Damian hubiese sabido lo que ella sentía, hubiera actuado diferente. No como si la odiara…
No podía llamar a Jace ahora, se preocuparía y pensaría que algo andaba mal con Damian... Hablaría con él más tarde, hasta entonces, tenía un poco más de lectura pendiente.

Ojeo las páginas del diario y se dio cuenta de que había un salto en las fechas, y supuso que esas serían las páginas que Jace le había comentado que faltaban. Aunque también podría ser que simplemente no había tenido nada que escribir. Él nunca se había unido a las escapadas de fin de semana que habían organizado. Cuando hacían alguna fiesta o salidas nocturnas había estado tranquilo, retraído. No había hecho demasiados comentarios bordes, ahora que recordaba. Y siempre había venido solo...

 Jace había traído a chicas en más de una ocasión, Y Kim y Steve también habían traído citas, pero él nunca. ¿Había sido por ella? ¿De verdad no había estado con nadie durante todo este tiempo?
Ella desde luego que no había estado con nadie, nunca le interesaba nadie, ¿pero él? Sheena sabía que tenía decenas de mujeres que lo deseaban, detrás de él... Rápidamente continuó su lectura, curiosa por saber si en alguna página mencionaba a otras mujeres, ya que hasta ahora, sólo su nombre era el que aparecía en todo el diario.

26 de diciembre 2011
Ya vuelve a ser Navidad. Ha pasado un año entero desde que conocí a la mujer de mis sueños, la madre de mis hijos, el amor de mi vida... Esta noche hemos hecho lo del Amigo Invisible. Había sacado inicialmente el nombre de Steve pero Jace tenía a Sheena he conseguido cambiarlos. He comprado el regalo perfecto para ella. Sé que había un límite de precio, pero cuando pase por el escaparate de Tiffany’s y vi estas argollas de diamantes azules, supe que eran ideales para ella. Les quedaran perfectos y resaltara el azul de sus ojos aún más. Obviamente, los saqué de la caja de Tiffany y los puse en una pequeña bolsa de terciopelo azul. Nadie me podrá decir que superé el límite acordado. A ella parece que le han gustado de verdad, a pesar de saber que vinieron de mí. Hasta me dio las gracias. Me encogí de hombros, como si no fuera nada, pero me encanto ver su sonrisa y ver como se los ponía. Realmente le quedan  tan bien como pensaba. También le he comprado algo de Victoria’s Secret  que se le quedaría  increíble, pero de alguna manera no creo que eso lo agradecería viniendo de mí. Así que voy a estar agradecido por esa hermosa sonrisa y este pequeño progreso y espero poder conseguir un poco más de esto en el futuro.

Oh. Dios. Mío. ¿Diamantes? Él le había comprado diamantes.
De Tiffany’s. Ella los tocó, asombrada.
Desde que se los hubo regalado, se los había puesto todos los días, porque le habían encantado. Le daba exactamente igual que hubieran tenido un límite de precio ' por debajo de 20' ya que eran perfectos, además que se los había regalado él.
Sheena siempre había sido cuidadosa con sus cosas y como a estos pendientes le tenía un especial cariño, ella los había tratado con mucho cuidado. Siempre había pensado que Jace había ayudado a Damian elegir ese regalo, y ahora sabía la verdad.
Increíble...
¿Y también le había comprado su ropa interior de Victoria’s Secret?
¿Dónde estaba?
¿Se lo habría dado a otra persona al final?

Tenía tantas preguntas, a las que necesitaba respuesta. Hasta ahora, había mencionado flores, que nunca había recibido. Le había escrito cartas, que ella nunca había leído. Y le había comprado regalos que ella nunca había recibido.
Damian necesitaba despertar de una maldita vez para que ella pudiera preguntarle acerca de todas estas cosas y gritarle un poco por ser tan tonto. Ella miró a la cama, parecía debilitado, no el hombre fuerte que ella sabía que era, por lo que podía olvidarse de la parte de gritarle.
Pero seguía teniendo un millón de preguntas para hacerle. ¿Cómo era posible que el la amara tanto y que ella nunca lo supiera?
¿Él todavía tenía todas esas cosas o las había tirado? Las cartas no leídas, los regalos sin abrir... Probablemente debería preguntarle a Jace, pero estaba demasiado enfadada para hablar con él. Quería leer un poco más, pero el sueño se apoderó de ella.

Lo siguiente que supo, Jace estaba empujando despierta.
- Sheena cariño.
- Damian… ¿Qué?
Ella se despertó sobresaltada, mirando a Damian para asegurarse de que estaba bien. Había soñado con ese beso de nuevo y se sintió un poco desorientada. Miró a Jace y recordó que él lo sabía, recordó que ella estaba enfadada con él.
- Lo sabías.
Ella no podía dejar de mirarlo de manera acusadora.
- Lo sabías y no me lo dijiste.
- Sheena, ¿qué...?
- Podríamos haber estado juntos hace meses Jace. Sabías lo que el sentía por mí y nunca dijiste una palabra! Se supone que eres mi mejor amigo! Esto nunca habría sucedido!
- ¿Me estás echando la culpa? ¿Qué se supone que debía hacer? Él se ponía nervioso cada vez que se mencionaba tu nombre y tú estabas tan jodidamente ciega que no podías ver que sus acciones estaban causadas por sus sentimientos hacia ti. Si no hubieras huido como una cobarde, tal vez no estaríamos aquí!
En ese momento Damian dejó escapar un gruñido que sorprendió a ambos.
- ¿Damian?
Su labio se curvó en una mueca y su cuerpo estaba temblando.
- Llama al médico Jace. Ahora.
En cuanto Jace salió de la habitación, Damian se calmó y sus facciones se relajaron.
- Ya está mi vida, todo está bien. Solo estábamos hablando.
El médico entró, seguido de Jace y ella explicó lo que había sucedido.
- Así que ustedes dos estaban hablando y ¿él gruñó?
- Estábamos discutiendo, no sólo hablando. Y si, soltó un gruñido, movió los labios y tembló un poco.
- De acuerdo. Bueno, sus signos vitales están bien, pero yo recomiendo que no tengan ninguna discusión aquí. Después de todo, él es un paciente que se está recuperando y si él los escucha, se podría ver afectado por lo que digan. Al ver lo dependiente que es de usted señorita Stewart, no me sorprendería si él reaccionó de esa manera para de alguna manera, defenderla. Por favor llámenme si ocurre de nuevo. Buenas noches.
El doctor Michaels los dejó solos pero ninguno de los dos habló durante un rato.
- Lo siento Sheena. Debería haber dicho algo, pero yo quería que ustedes os dierais cuenta solos. He cometido un error, lo sé.
Sheena no podía decir nada, estaba demasiado enfadada y dolida para pensar en esto ahora mismo. Y la reacción de Damian incluso mientras estaba en estado de coma...
- Yo... ehm Te dejaré sola ahora. Volveré por la mañana.

- Está bien. Adiós Jace.

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